viernes, 12 de junio de 2015

LA PRIMERA VEZ QUE LA VÍ


Siempre he querido tener un perro, criarlo desde pequeño, educarlo, sacalro a la calle, jugar con él...
Un día se lo dije a mi padre, y como me imaginaba me dijo que ni hablar. Seguidamente le dije:
-Papa, acuérdate de lo que te voy a decir, antes de que se acabe este año, acabaremos teniendo un perro.
Pasaron los dias, u decidí probar con mi madre. Ella me dijo que no podía ser, que eran muchos gastos y mucho trabajo. Yo le insistí, pero seguía sin funcionar. Pasaron los días y mi madre me dijo que un amigo suyo regalaba unos cachorros de perro, " Pitbull con American Stanford". Me alegré mucho al oir esa gran noticia y al final mi madre entró en razón y decidió hablar con su amigo, pero con una condición, que solo cojeria un cachorro si era macho.
Yo le dije que sí, que mientras que yo tubiera el perro, me daba igual. Al día siguiente, mi madre me dijo que a su amigo ya no le quedaban hembras y que por tanto mo iba a cojer ninguna. Me enfadé mucho con ella y me fui deprisa y corriendo al instituto. Mientras que hacía clase, Marta, la conserje del centro, vino a mi clase a buscarme porque mi madre había venido a por las llaves de casa. Salí al pasillo y estaba mi madre con mi hermano pequeño y mi prima en recepción. A medida que me acercaba a ellos, note que mi madre escondía algo bajo la chaqueta envuelto en una mantita rosa. Nada más llegar donde se encontraban, mi madre sonrió y me dijo:
-¿Qué miras?
Y yo abrí la chaqueta y entonces la ví. Era tan pequeñita y estaba tan arrugada, nada mas verla, me cambió la cara al instante.
Y así fue la primera vez que la ví, Nuca, mi perrita.


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